No obstante, valga este "interludio" para demostrar empíricamente que mis aseveraciones de la entrada inicial no se anunciaban en vano: escribiré según y como.
El caso es que ahora releyendo esas breves lineas entre las que media un año y medio... recuerdo la tarde en que, como hoy, decidí darme de alta y crear mi espacio de comunicación (personal, social, espiritual... vete tú a saber!) a través de Internet. Mi vida desde entonces ha cambiado radicalmente, podría decirse que se ha condensado; de forma que, pese a que básicamente hago lo mismo, todo ha cobrado una mayor intensidad. Os cuento:
Laboralmente, mi vida siempre ha sido un poco incierta y caleidoscópica... bueno, ahora podríamos calificarla de lisérgica. Actualmente trabajo en una de las oficinas de una multinacional, que viene a ser algo semejante a un puesto avanzado de la legión extranjera francesa en desierto argelino. Me paso la vida en la oficina atendiendo las faltas y retrasos de mis clientes como si fuesen propias (mi jornada semanal supera las 50h. Si, ya se que podría ser peor, pero eso no me anima mucho). Hasta aquí nada nuevo en los últimos meses, excepto un aumento en las funciones y la responsabilidad no reflejadas en mi nómina. Lo novedoso es que dicha oficina se encuentra inmersa en una especie de centrifugado del que es incapaz de salir por sus propios medios. Gracias (o no) a esta situación, me he convertido en un "recurso crítico", tal y como me definió el último director de ventas... valiente pajarraco estaba hecho el susodicho. Cuando recibió una oferta de trabajo con glamour, se aburrió de tomar el pelo a clientes potenciales, garabateó unos contratos de media cara, se los presentó a los clientes sin otro ánimo que cobrar las comisiones y desapareció con la alforja llena. Nos dejó el pastel calentito a los que nos quedábamos... los contratos podían ser interpretados de cualquier forma... y así lo hacían los clientes. Vaya conversaciones bonitas que tuve que aguantar por aquella época, con los clientes por un lado y nuestra matriz por otro... todos ellos pretendiendo que arreglase para ayer el entuerto, esgrimiendo argumentos (sólidos o peregrinos qué más da) pero sin querer ceder ni un palmo... creo que ni la oscura diplomacia de Kissinger hubiese sido capaz de sacar nada positivo de aquellas reuniones... Bueno, el caso es que el tiempo ha hecho que todo se relaje un poco y hoy seguimos defendiendo el fuerte, tal y como nos pedía el comandante. ;0)
(acabo de releer el párrafo y si no diese pena, sería de risa, eh? Desde luego, lisérgico es un rato largo)
Todo esto duró una buena época (unos 6 u 8 meses) y se constituyó en fuente inagotable de todas mis angustias y ansiedades y todavía es capaz de generarme algún rebrote (valoré la idea de visitar a un locólogo). No obstante el vivir en este constante estado de estrés, me ha hecho "madurar" bastante... esto puede valorarse de forma positiva o no (yo así lo hago dependiendo del momento).
Os comentaba que había pensado en tumbarme en un diván, no lo hice. Por suerte (o no) disponía de válvulas de escape a mis problemas, monstruos e inseguridades.
Válvula nº 1: El buceo, procuro hacer como mínimo un viaje a sitios remotos al año. Es un esfuerzo económico que merece la pena ya que rompes con la rutina y te permite centrar tu atención y esfuerzos en adquirir conocimientos del nuevo medio y de ti mismo. Luego, una vez mi chakra vuelve a estar equilibrado, me lanzo de nuevo a la vorágine de la rutina... lamentablemente cualquier efecto beneficioso se mantiene durante un corto espacio de tiempo, como un sueño...
Válvula nº 2: Resulta que soy un tipo bastante excéntrico, o raro como prefieras, y ya en mi debut como blogger, me había hecho hueco en un deporte del que seguramente no hayas oído hablar nunca si no eres amiguete o familiar: el Hockey Subacuático. Oye, a otros les da por maltratar a su mujer o frotarse contra el gotelet, no? Bueno, el caso es que yo mi hueco casi lo he convertido en un cráter. En agosto del 2006 fui al mundial de Hockey ("Ok" lo llamamos de forma cariñosa) como miembro de la Selección Nacional Española. Quedamos 14os de 18... bueno, podía haber sido peor... (sic) podría llover!
Válvula nº 3: Y para terminar (por hoy) existe un grupúsculo de inadaptados que se autodenominan amiguetes... Con ellos, como, fantaseo, debato, río, bailo, como, bebo, invento, buceo, como, juego, charlo, viajo, como, canto... a quienes nunca sabré apreciar en su justa medida y a quienes envío desde aquí mis mejores vibraciones (... o no).
Bueno, me ha quedado una entrada bastante larga (y probablemente de difícil lectura), me pregunto si no hubiese sido mejor seccionarla en varias entradas temáticas (para que no os acostumbréis!); pero dado lo prolongado de mi silencio, creo que es mejor darlo casi todo de una pincelada.
Un abrazo, navegante.

No comments:
Post a Comment